Ayer, pocas horas después de publicar mi entrada en el blog, abrí el buzón de mi casa para comprobar si había cartas en su interior. Sí las había.
Las dos cartas que encontré en el buzón eran para mí. Una de ellas era de MSF, solicitándome un aumento de mi donación anual puntual para sufragar los gastos de la asistencia humanitaria en Somalia, debido a la hambruna en el Cuerno de África. Pero esa carta en realidad no valía nada.
La carta que realmente era importante era la otra: una carta del NMC en la que me mandaban el carnet que me faculta para trabajar legalmente en el Reino Unido, ya que incluye mi PIN number o número de colegiado. Esto quiere decir que (por fin) he terminado con todas las gestiones.
Además, he recibido hoy un correo electrónico de Ana Teresa informándome sobre la hora y el lugar en que me recogerán para llevarme hasta la clínica. Me vienen a recoger al hotel a las 10 de la mañana, así que me tocará madrugar.
Bueno, ya os contaré.
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