jueves, 1 de diciembre de 2011

Los días raros...

Empiezo esta entrada con el nombre de una de las canciones de Vetusta Morla, porque creo que ese nombre le viene al pelo teniendo en cuenta las cosas que me han sucedido en estos dos días.

Primeramente, comentaros que el piso que voy a coger, en Everton, todavía no lo he pagado. Vamos, no he pagado la fianza del piso porque había quedado hoy con el hombre de la agencia, pero me ha llamado y me ha dicho primeramente de quedar más tarde, y luego, hace un rato, me ha llamado para decirme de quedar mejor mañana. Yo de todas formas, por afianzar, he mirado otros pisos y he quedado para verlos este sábado, por si acaso me dice mañana otra vez que no puede quedar al menos el sábado puedo ver otros pisos, e incluso pagar la fianza de uno de ellos.

Ayer en el trabajo me tocó turno de 8 de la mañana a 8 de la tarde, vamos, todo el día. Estuve con Dawn, la enfermera con la que suelo estar siempre, ya que Dave, el Deputy Unit Manager, que suele también trabajar los mismos turnos que yo, estaba trabajando en otra unidad porque había falta de personal. Bueno, pues ayer tuvimos un día, por llamarlo de alguna manera, divertido. Vamos, uno de esos días que los ingleses llamarían "fucking day".

Los que trabajéis en el ámbito sanitario, y si trabajáis con personas mayores, sabréis que en esta época del año los ancianos empiezan a desarrollar infecciones respiratorias, si no urinarias. Pues bien, ayer todos deberían hacer un pacto, porque amanecieron todos con toses llenas de moquillo, ruidos respiratorios y malas caras. Ayer tuve 8 pacientes con infecciones, la mayoría respiratorias.

Una paciente tuvo una crisis epiléptica por la mañana. Duró unos 3 minutos, y pronto recuperó la normalidad. Por la noche otra residente tenía sangre en orina. Se analizó, y dio positivo para infección urinaria. Y eso, hasta las ocho de la tarde, que finalizaba mi turno.

Para mejorar la situación un poco, una paciente se cayó en la habitación. Dolor en la cadera y la ingle derecha nos hacían sospechar de una fractura púbica. Tanto Dawn como yo le aconsejamos que debía ir al hospital, al menos para valorar mediante rayos X si había o no alguna lesión. La paciente se negó, y como tiene capacidad para tomar sus propias decisiones, no fue al hospital. Sin embargo, esta mañana no podía andar, ni siquiera apoyar el pie, y tenía un fuerte dolor.  Así que al final ha decidido ir al hospital. Hemos llamado al 999 (aquí no es el 112) y ha venido una ambulancia a recogerla.

Hoy el día ha sido bastante más normal, aunque ha habido momentos bastante divertidos porque se nos juntaba una llamada de teléfono con otra, y no podíamos hacer otra cosa que no fuera contestar el teléfono. Yo hoy he estado hasta las 2, porque me tocaba sólo medio turno, igual que mañana, así que espero que Dawn no haya tenido una tarde muy ajetreada.

También comentaros que el martes fui al centro a cortarme el pelo. Fui a Voodoo, una cadena de peluquerías que me habían recomendado. El corte de caballero costaba 45 libras. Así que, obviamente, no me lo corté. Ayer pregunté en el trabajo si conocían alguna peluquería (barata, eso sí) en la que cortarme el pelo. Allan, un auxiliar, me recomendó una que hay en Marian Square, a 10 minutos andando de la clínica.

Así que esta tarde he ido a la peluquería. Me han cortado el pelo genial, y además me han cobrado sólo 6,60 libras. Una diferencia, como veréis, bastante notable. Vamos, que no sé si en Voodoo harán maravillas o no, pero el precio del corte me sigue pareciendo excesivo.

Bueno, os dejo que voy a hablar un poco con mis padres. Nos vemos en la siguiente entrada.