Ayer comencé oficialmente mis vacaciones de verano. Mis tíos y primos vinieron a Liverpool a pasar unos días conmigo, y volvieron en mi mismo vuelo.
Tras pasar unos días allí en Liverpool, a unas temperaturas de alrededor de 15º, llegar a España ayer y notar en Barajas una temperatura de 35º fue prácticamente un shock.
Me resulta raro decir esto, porque he vivido en España toda mi vida, y nunca había tenido esta sensación. Parece mentira que estuviese acostumbrado a este calor. La verdad es que en el trabajo el otro día una compañera me comentó que quizá me haya aclimatado al tiempo inglés, ya que estaba muerto de calor, y sólo hacía 20º de nada.
Pues bien, el caso es que ya ando por tierras españolas, y voy a estar por aquí hasta el próximo día 27, cuando volveré a Liverpool con mi hermano, que pasará unos días por allí.
En estas horas que llevo por aquí ya he estado de tapas tres veces (como siga a este ritmo, vamos mal...).